feb
10

diálogos de palabras y silencios

Tres protagonistas se reparten los papeles principales en la indignación producida entre los musulmanes por la publicación de las caricaturas en un periódico danés en las que se trataba de manera irrespetuosa al profeta Mahoma. El dios de la libertad de expresión, el dios del fanatismo religioso y Dios utilizado de manera muy diferente por unos y otros.

Los chistes y mofas sobre las creencias molestan a los creyentes de todas las religiones, ya sean cristianos, musulmanes o judíos. Por eso no tiene nada de extraño la reacción violenta, desmesurada en mi opinión, por parte de las masas creyentes de los musulmanes, aunque podamos intuir que han sido aprovechadas de alguna manera por sus regimenes políticos; cuando no dirigidas por los mismos.

Pero estos sucesos dejan algunas ideas que creo merecen la pena ser analizadas:

- En nombre de la libertad y de la religión se han hecho muchas barbaridades a lo largo de la historia.

- La lucha entre laicos y profanos no deben llevarnos a que las normas religiosas se conviertan en normas civiles, ya que los “pecados” de unos se convertirían en “delitos” para todos.

- El mundo occidental ha enterrado y matado a Dios hace mucho tiempo y vivimos como si no existiera, pero los musulmanes viven convencidos en su existencia, y la ley coránica está presente en todas sus leyes.

- Mientras nuestro sistema democrático ha logrado una sociedad en la que la política y la religión están separadas, al menos sobre el papel, en el mundo islámico no se admite ningún tipo de diversidad.

- No estaría de más recordar que nuestra libertad acaba donde empieza la de los demás, y nuestra idea de libertad no la entienden los árabes.

- Si realmente queremos construir Europa e integrar a los musulmanes que viven en ella o llaman a sus puertas, caso de Turquía, no podemos olvidar sus creencias, que además están muy enraizadas en su cultura.

- Por todo eso habrá que hacer un profundo esfuerzo para dialogar con palabras, para hacerles ver, entender y comprender cuales son nuestras visiones del mundo y dialogar con silencios para escuchar su manera de entender el mundo, que al fin y al cabo tenemos que compartir.

En caso contrario tendremos problemas y nos jugamos mucho para tomárnoslo a la ligera...

2 amigos opinan:

Anónimo dijo...

¡Demasiado light, Felipe! Demasiadas obviedades. Echo de menos alguna propuesta. ¿Quizás he leído entre líneas que propones la autocensura? No estaría de más que lo aclararas. Un saludo.

Anónimo dijo...

... Y, por cierto, tienes una estupenda oportunidad de definirte comentando el artículo de Vargas Llosa de hoy en El País. Un saludo de nuevo. Soy el mismo anónimo del comentario anterior.