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Una sociedad insensible




Cuando escuchamos los resultados de las encuestas que periódicamente se nos hacen a los españoles vemos la escasa presencia de problemas que tienen que ver con actitudes cívicas. Me gustaría destacar dos de ellos. Uno los accidentes de tráfico y el número de muertos que conlleva, número que no para de aumentar y al que nos hemos acostumbrado como si fuese la cosa más normal del mundo. Es verdad que el estado de las carreteras, el aumento del parque de vehículos y los años de muchos de los coches contribuyen a dichos accidentes. Pero y el dato humano ¿hemos tomado conciencia de lo que significan los muertos? ¿Qué hacemos para evitarlo? Nada, Seguimos conduciendo a excesiva velocidad, no llevamos los cinturones puestos, la tasa de alcohol es superior a la permitida en muchos de los casos. La sensación es que nos hemos acostumbrado y no va con nosotros. Pasamos del tema.

El segundo caso me parece más grave. En los días de la semana pasada se publicaron unos datos sobre el consumo de droga por parte de nuestros jóvenes. Los jóvenes españoles entre 14 y 18 años, cada día consumen más cocaína. En los últimos diez años se ha multiplicado por cuatro el número de los jóvenes que la toman. En el 2005, 170,000 jóvenes se confiesan consumidores de cocaína. Son datos espantosos, los estamos viendo pero no hacemos nada. Hemos visto tráfico de drogas en la escuela y ahora queremos mandar a la policía a vigilar los alrededores. Pero en determinados programas de televisión y a determinados personajes se les ve constantemente y dan la sensación de que el uso de la droga es importante para tener éxito profesional o social.

La Fundación de Ayuda contra la drogadicción advierte de un cambio importante en la actitud de los jóvenes. El drogadicto ha dejado de un marginado. Ahora el marginado es el que no las consume.

Y ¿qué hacemos? ¿Nos damos cuenta de donde están los problemas?

Quisiera ser optimista.
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un cristianismo atacado




Con motivo del próximo estreno de la película “El Código da Vinci” está resurgiendo la polémica que acompañó a la novela del mismo titulo.

Miembros de la Iglesia católica ven la película como un ataque a la Iglesia y a la figura de Jesús, junto al Opus Dei.

Dando por supuesto que la película, que aún no he tenido oportunidad de ver, siga la trama de la novela, convendría no olvidar que es una historia de ficción, una historia inventada por Dan Brown, que casa a Jesús de Nazaret con María Magdalena y tienen un hijo en común lo que habría dado lugar a una “saga real”.

La novela que en momentos engancha y que tiene un final decepcionante y apresurado, es un refrito de tradiciones varias que nunca han sido ocultadas y que siempre han estado ahí: leyendas merovingias, devoción a María Magdalena, interpretaciones cabalísticas, simbología numérica, etc. Datos que caen en inexactitudes y fabulaciones en manos de Dan Brown.

Por eso pienso que la jerarquía eclesiástica exagera sus ataques a la película, aunque hay que respetar lo que dicen ya que tienen derecho a expresar su malestar.

En cuanto al Opus Dei, aquí tienen una ocasión de oro para enseñar como es, no olvidemos su amor por el secretismo, muchos lo consideran una secta, su poder dentro de la iglesia y en determinados ambientes; la película es la excusa perfecta para darse a conocer y enseñar su verdad.

Los demás veamos la película, si nos place, sin olvidar que es una obra de ficción y por lo tanto muy lejos de un “ensayo científico y riguroso”. Y disfrutemos de sus encantos cinematográficos si los tiene. Pero ese es otro tema.

Posdata: Hoy, despues de tener escrito este post, mi hija Natalia me ha regalado un libro: Espía de Dios de Juan Gómez-Jurado, y ojeandolo veo en su página 14 una nota de autor que dice:" Casi todos los personajes del libro están inspirados en personajes reales. Esta historia es de ficción, pero muy cercana a la realidad en cuanto al modo del funcionamiento interno del Vaticano y el Instituto Saint Matthew; (un lugar real aunque con otro nombre) cuya existencia causa pavor y del que nada se sabe. Tal vez los más inquietante de esta novela no sean los hechos que narra, sino que podrían ser ciertos.

Las negritas son mias.

Posiblemente una nota semejante en El Código da Vinci, hubiera evitado la pólemica, pero...
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actitudes ante la vida




Como personas nos situamos ante la vida a partir de una de estas tres posturas o actitudes básicas, que solemos contagiar a los que nos rodean:

En primer lugar están los pesimistas, aquellos que dicen que la sociedad está en crisis y que todo va mal, que hay crisis de valores, la violencia aumenta sin cesar, que cada uno va a lo suyo, que esto no hay quien lo arregle…etc.

Esta actitud conduce a la resignación, al desencanto, a la pasividad y nos puede conducir a la crispación, a la frustración y a la violencia tanto hacía fuera como hacia dentro.

En segundo lugar nos encontramos con los optimistas, aquellos que opinan que nunca hemos estado mejor y que todo marcha bien. Es la actitud de aquellos que piensan que t0odo va bien porque a él / ella le va bien, y suele no enterarse de la realidad.

Esta actitud ante la vida nos conduce a un falso encantamiento, al descompromiso y también a la pasividad.

Y finalmente nos encontramos con los realistas, aquellos que parten de que vivimos en una sociedad compleja y difícil de comprender, pero que se puede hacer algo para cambiarla y que merece la pena intentarlo.

Es una actitud positiva que les lleva a aceptar la realidad sin negarla, analizar las causas de esa situación y concretar las necesidades que se plantean. De ahí que se impliquen y comprometan con las personas manteniendo la esperanza de cambio y transformación.

¿Y tú? ¿Cómo te ves?

¿Estás resignado, desencantado, pasivo ante las cosas que te rodean o eres de los que piensan que merece la pena implicarse de alguna manera en mejorar este mundo pensando que otro mundo es posible?
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