Dos amantes yacen uno al lado del otro, tras amarse, su soledad es una “soledad saboreada”. La satisfacción los devuelve a sí mismos, desenlazando sus brazos y poniendo fin al ardor que los empujó el uno hacia el otro.
Es posible que esta soledad compartida no sea real, ni mucho menos absoluta, sobre todo si la comparamos con aquellas soledades que se viven sin compañía alguna.
La soledad no existe para aquel que puede recordar los momentos en que no estuvo solo y sabe que esos momentos volverán. La otra persona puede estar ausente, pero en cierta medida continua a nuestro lado.
La soledad es, en realidad, una manera incompleta y única de estar en el mundo. Por eso la soledad implica siempre la existencia de otra persona, ya que para sentirse solo, es preciso desear ser dos, al menos, o haberlo sido y conservar la nostalgia de ello.
8 amigos opinan:
A la vista de los dempás vivo sola. Pero tengo el alma llena de compañías. Quizá por eso, mi soledad no es absoluta, ni triste.
Un abrazo.
No había pensado en la soledad desde ese punto de vista... qué tremenda, la soledad implica siempre la existencia de otra persona... me recuerda a la belleza de lo triste
Diana, siempre me sorprendes, el alma llena de compañías...profundo pensamiento. Espero y deseo ser una de ellas.
Un abrazo
Susana, para estar sólo hay que echar de menos a la otra persona, sino no existe esa soledad...
Un abrazo
Yo pienso que es bueno saber estar bien solo, de esa manera uno después puede esar bien con el resto. Se debe lograr un equilibrio entre ambas cosas...
Yo disfruto con mi soledad, pero será porque sé que tengo quienes me quieren y a quienes adoro. Hay dos soledades: la que busco y de la que huyo.
Saludos
... es verdad.
No estoy sola. Mi soledad, me acompaña =)
Saludos!!
La soledad sólo es negativa cuando no se desea. Un post muy logrado, te felicito. Un saludo y espero que puedas visitarme.
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