reescribir las relaciones interpersonales




Hace unos días realicé un viaje con mis alumnos, chicos y chicas de 12 a14 años. Durante las tres horas que duró el viaje en autobús los chicos fueron jugando con sus “plays” y sus teléfonos móviles. Me sorprendió que fueran “chateando” entre ellos y enviándose mensajes en lugar de hacerlo de viva voz cuando iban sentados al lado.

Hace unos días la prensa se hacía eco de los cambios en el patrón de comportamiento dentro del matrimonio. Empiezan a ser numerosos los matrimonios que utilizan dormitorios separados. Muchos de ellos suelen despertarse de noche, roncar, acostarse o levantarse a diferentes horas o simplemente pasan de “robarse” las sabanas durante la noche.

Además se ve como algo positivo, así se relaja la tensión de la vida cotidiana entre la pareja. Y no significa que existan tensiones entre ellos.

En un mundo que permite tener comunicación al instante con cualquier persona en cualquier lugar del mundo, intercambiando imágenes, ideas, canciones… resulta por lo menos chocante – a mi me lo parece – que tengamos dificultades para hablar cara a cara, mirando a nuestro interlocutor, viendo la reacción que le produce el intercambio de opiniones, de sugerencias, de maneras de ver las cosas.

¿Le tenemos miedo al otro? Por eso preferimos comunicarnos con otros medios más impersonales o simplemente hablamos banalmente de cualquier cosa y no nos interesa profundizar en el diálogo ni darnos en él.

¿Qué pensáis vosotros?

3 amigos opinan:

guadis! dijo...

Al final estamos en la era de la comnicación, pero estamos cada vez más incomunicados con las personas que tenemos a nuestro lado...

Carlos dijo...

Aunque solo sea para llevarte la contraria, te diré que lo importante es comunicarse. ¿Qué más da que lo hagamos vía sms, e-mail, móvil, etc? ¿No es eso comunicación?
¿Y si en vez de un sustitutivo de la comunicación cara a cara es un inicio o un preludio?
Hablas de chicos y chicas de 12 a 14 años, la edad del pavo, ¿no te hubiera parecido maravilloso disponer de móvil cuando tuvimos su edad? A mi me parece que es un medio de aproximación, de darse a conocer, un modo más fácil que el cara a cara en esa edad donde los complejos aparecen y paralizan.

Diana L. Caffaratti dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Carlos.
Un saludo y mi cariño, estimado Felipe.