¡Deprisa, deprisa!




Los occidentales tenemos una visión del mundo que nos ha hecho creernos que representa la perfección de la civilización. Sin embargo nuestro mundo cambia a tal velocidad que estos cambios nos impiden reflexionar sobre que significan y cuales pueden ser sus consecuencias.
Nuestra vida busca optimizar el tiempo, hacer el mayor número de cosas con la máxima eficacia y en el menor tiempo posible. Los principales escenarios por los que nos movemos están afectados por la prisa :el trabajo, la alimentación, la sanidad, las relaciones con los demás, la cultura, el aprendizaje, los viajes, la lectura, el amor. Todo ha de ser hecho rápido.
La impaciencia, la incertidumbre, junto a la inacción son las principales consecuencias de la presión a la que nos someten las prisas. Y esto trae como consecuencia que muchas decisiones apresuradas creen una serie de problemas, por los cuales hay que correr desesperadamente, perdiendo un montón de tiempo, para tratar de remediarlos. Ha llegado el momento de detenerse (más de un minuto) y pensar. Si se quiere llegar deprisa, a menudo es más eficaz buscar un recorrido inteligente que correr hacia quien sabe donde y sin brújula. Lo que cuenta es construir relaciones duraderas. Como dice la canción:"La prisa mata deprisa, y yo no quiero correr, yo soy brasa y no ceniza, tengo mucho que arder".







 Posted by Hello

1 amigos opinan:

Redactor-es dijo...

si el tiempo es algo inventado por el hombre para clasificar y ordenar sus recuerdos... aunque no pueda llevarse a la práctica... sigue siendo fantástico imaginar un mundo sin relojes...