La grandeza débil de la verdad

La grandeza d�bil de la verdad

En todos los campos del saber: filosófico, político, científico, religioso, mediático, existen personas que se consideran en posesión de la verdad, y en defensa de esa verdad cometen toda clase de tropelías, entre ellas - curiosamente - la de maltratar a la verdad que pretenden defender.
Como no soportan el padecimiento y la debilidad de su verdad, la utilizan para hacer sufrir a los demás. Son los modernos inquisidores. (Hay muchos a nuestro alrededor) Lo paradójico es que a cualquier verdad le hace más daño su "defensor" que su "perseguidor"
La verdad, cualquier verdad, no se defiende ladrando, sino viviéndola. La verdad no tiene poder, el poder termina por falsificarla y manipularla. Su autoridad no es la fuerza sino la libertad que da cuando intentamos acercarnos a ella intelectualmente y vivirla de manera práctica.
Es comprensible que desconfiemos de la verdad, pero muy peligroso; cuando más se conoce la verdad menos inclinados estamos a condenar a los demás.