
En ocasiones tengo la sensación de vivir dentro de una conjura orquestada por necios que han decidido manipularnos para hacernos creer que se puede desfigurar la realidad a su antojo haciendo trampas, repitiendo constantemente las mismas mentiras; como si el hecho de repetirlas ad infinitum, las convirtiese en verdades.
Necios que hablan constantemente de sospechas, de rumores , de podría ser….. intentando convencernos . Eso si , con pocas ideas, hablando a gritos; sin cesar de insultar y repetir constantemente las mismas cosas ante cualquier suceso.
Esos políticos , periodistas y tertulianos que hablan a gritos intentando construir discursos sin ideas, con frases alejadas del sentido común, que no cesan de insultar al adversario o menospreciarlo al mismo tiempo que lo ven como un enemigo, un enemigo al que hay que destruir; no basta con derrotarlo. Son los que intentan que nosotros entremos en su juego, que les creamos sin dudar de sus razones.
Pienso que estamos a tiempo de imperdir ser atrapados por esos necios y sus conjuras, que todavía podemos evitar convertirnos en estúpidos y de una manera objetiva podemos buscar los hechos, la verdad y razonar sobre los mismos antes de convertirlos en nuestra verdad y nuestros hechos.
1 amigos opinan:
Me sorprende tu pertinaz optimismo, esta vez ante la capacidad que tenemos los simples mortales de buscar los hechos y la verdad. A mi juicio en todas las sociedades democráticas la clave está en la creación de opinión, los grupos mediáticos al servicio de los políticos (cuando no es a la inversa) nos empujan a ocupar una posición en política y mantenerla a capa y espada, de modo que la verdad siempre está en nuestra trinchera y las trampas, mentiras, rumores, gritos e insultos en la del adversario.
Y para muestra tu propio comentario, que así escrito lo puede subscribir cualquiera pero que en cuanto pongas nombre a esos políticos, tertulianos y periodistas, te habrás colocado en la trinchera y estarás acusando a los de la de enfrente de tramposos, mentirosos, gritones, etc.
Reflexiona, Felipe: ¿no habremos ya caído todos ante la conjura de los necios?
Un saludo, P. Gil.
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