El tiempo sin edad



Estuve en el entierro del padre de un compañero hace unos días. Murió con 72 años, todo el mundo decía que era “joven”.
Primera edad, segunda edad, tercera edad son términos que han ido sustituyendo a la infancia, a la juventud, a la vejez. Asistimos a una visión nueva del tiempo, no hacemos diferencias, es un tiempo continuo en el que callar la edad, mentir sobre ella, olvidarla sin más pueden ser simulacros liberadores.
Desde los famosos cumpleaños familiares hemos ido pasando por lo cumpleaños “sociales” rodeados de amigos y compañeros de colegio o guardería que han dado lugar a una “vida social” protagonizada por niños y a las que sus papas se suman con entusiasmo.
Posteriormente asistimos a la industria del rejuvenecimiento, perder tiempo para ganarlo después; los spas, los tratamientos adelgazantes, las curas termales, los masajes con vino, con barro, la sauna, junto a la ayuda de la cirugía estética, nos refuerzan en la idea de esconder el paso de los días en nuestra vida cotidiana.
Para terminar con la ocupación del tiempo que nos deja la jubilación al eliminar nuestra jornada laboral en viajes turísticos y eventos dirigidos especialmente a personas que no están sujetas a ningún horario más que al que ellas se impongan. Y que está dando lugar a la aparición de una poderosa industria financiera especializada en estas personas, en principio con tiempo y parece ser que con dinero.
Pretendemos desmentir la edad, durar sin cumplir años, sobrevivir evitando caer en las manos de la biología, de la medicina en suma. Huimos de la “turbadora” inestabilidad de las personas que cumplen años.
Otra forma de entender la vida.

3 amigos opinan:

mensajero dijo...

Pienso, amigo Felipe, que la vida es una sucesión de etapas, primero una etapa de inmortalidad, nos vemos jóvenes y pensamos al tener muchos años por delante que somos inmortales. Después al llegar a la madurez, acompañada en ocasiones de un deterioro físico que nos va anunciando que vamos a morir algún día, y es entonces cuando nos resistimos a envejecer, a disimularlo o empezamos a prepararlo cuidando nuestra calidad de vida.
Un abrazo

amaliovilla dijo...

Tengo 29 años y a veces me canso mucho, siento a veces que me faltan fuerzas.

Mi abuenlo tiene 85, trabaja como albañil cuando se aburre, verlo subido a las paredes techando una cocina, por ejemplo, o cavar un pozo de agua en medio del sol, me hace pensar que es diferente, él cuenta que trabaja desde los 5 años.

Uno elige cómo vivir, qué cosas son importantes. Deberíamos aprender que el mundo no se acaba mañana y estar preparados.

Un abrazo.

lagave dijo...

Ciertamente, existe en la actualidad la corriente en la que hacerse mayor(NO DIGO YA SER VIEJO)está mal visto. Si no cumples los cánones fijados por vete a saber qué grupo tales como ser alto, delgado, activo, atractivo,bien vestido y sobre todo lo demás, JOVEN, pues te van aparcando a medida que no cumples lo prescrito, y te llegan a convertir en un proscrito. Me niego a aceptar eso. Toda persona guarda dentro el niño que fue, y no debería taponarlo con la edad, ni permitir que los demás le hagan ocultarlo por "ser mayor"
Me gusta este blog.
Saludos