¿Mimamos nuestro ego?

Con más o menos entusiasmo y llenos de alegría nos disponemos a hacer felices a los demás miembros de nuestra familia o a nuestros amigos, comprándoles un regalo.

Lo hemos ido pensando, lo hemos ido viendo en nuestra mente, en diferentes comercios o supermercados hasta que los hemos elegido, llenos de satisfación, al imaginar la cara de dicha que van a poner cuando le entreguemos un regalo convenientemente empapelado. Y que estamos seguros que les va a hacer mucha ilusión recibir ya que es el que esperan.

Pero ¿y nosotros? ¿Recibiremos con la misma cara de satisfacción los regalos que nos hagan? ¿Serán los regalos que nos merecemos? ¿Mostrará nuestra cara una disimulada sonrisa de desilusión? ¿Nos traicionará nuestro ego?

Todos lo tenemos y de alguna u otra manera nos gustan que nos lo mimen.
Y a vosotros, ¿os gusta que os lo mimen? ¿Cómo?

0 amigos opinan: