el atrevimiento de pensar




Os invito, perdonadme el atrevimiento, a realizar un recorrido por nuestra sociedad actual. Veamos a nuestros niños de 4 a 12-13 años. Según estudios realizados en el 2005, ven un promedio de 140 minutos diarios de TV. Si este dato lo proyectamos a lo largo del año completo nos damos cuenta de que pasan mas horas delante del televisor que días van a la escuela. Ven más de 100 anuncios, no todos apropiados a su edad, y que les invitan a consumir tipos de comida o juegos no siempre aconsejables. Sumémosles las horas que pasan jugando con consolas (tres de cada cuatro niños tiene una en casa y juega un promedio de 172 minutos semanales). Y no nos olvidemos de los que se conectan a Internet y visitan – suelen estar solos- páginas de sexo o de violencia o de contenidos racistas y xenófobos.

Observemos a los jóvenes, el móvil, los Chat, los mp3, el Messenger; que les permite hablar, recibir y enviar mensajes, jugar, chatear; de tal manera que suelen aislarse y olvidarse de la realidad que les rodea para encerrarse en si mismos o dentro de la tecnología que están usando; dando la sensación de que es en la consola, en el móvil o en el ordenador, donde viven, se emocionan o sienten. No saben vivir sin ellos.

La publicidad, el cine, la música, la televisión potencian modas, estéticas, gustos y consumos. Pero además propagan actitudes de vida, ideas, creencias, ideologías, ante las que los padres y los educadores pueden hacer muy poco.

¿Y los adultos qué hacemos? ¿Saldremos los adultos a rescatarlos de ese mundo? Nosotros, que adoptamos un partido político, periódico, emisora de radio, canal de televisión, personaje mediático, o Dios y que nos limitamos a usar sus argumentos, razones, noticias, medias verdades cual papagayos sin discutirlos, sin ponerlos en duda; repitiéndolos sin cesar, como verdades absolutas.

O por el contrario, ¿volveremos a reivindicar la libertad de conocimiento, la necesidad de afirmar la autonomía individual y el atrevimiento de pensar, para poder decidir?

Para evitar, jugando con sus versos, imitar al poeta cuando dijo:

Españolito que vienes al mundo
España ha de helarte el corazón

Vayamos cambiando de actitud, atrevámonos a pensar, seamos nosotros capaces de descubrir actitudes de vida, ideas, creencias, argumentos y verdades. Hagámoslas nuestras y empecemos a ser ciudadanos libres capaces de buscar soluciones a nuestros problemas y de construir un mundo mejor. No abdiquemos en otros. Hay mucho en juego.

9 amigos opinan:

Diana L. Caffaratti dijo...

Seguí buscando en Internet, y veo que también sigues en blogspot. Es decir que lo que te he dejado como primer comentario en tu último post de la bitácora, sigue válido.
No puedo redireccionar clickeando sobre tu nombre en los que me haces a mí.

Noto que escribes con más frecuencia que antes... Se nota que el tiempo de vacaciones nos lo dedicas con tu premura por compartir tus reflexiones con quiénes te leemos.
Un abrazo.
Releeré tus artículos, y a medida que lo haga iré anotando mis respuestas para tí.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Quizás porque son las 2:22 am del domingo (sábado noche), me quede esto un poco filosófico pero creo que sabes por dónde van los tiros: ¿y qué es la verdad, Felipe?
Un somnoliento saludo.
P.Gil

felipe dijo...

La verdad tiene muchas caras y no siempre coinciden, amigo Gil, pero habrá que seguir buscándola ¿no te parece?
Un saludo

Anónimo dijo...

Hay que buscar la verdad, pero ¿dónde, Felipe?¿En el País o en el Mundo?¿En la SER o en la COPE? A la vista de tu anterior post sobre periodismo conspirativo tienes muy claro dónde buscar la verdad y dónde no porque no se halla allí. Entonces este nuevo post ¿es un propósito de enmienda o una invitación a los demás para que busquemos la verdad allí donde tú crees haberla encontrado?
Un saludo,
P.Gil

Diana L. Caffaratti dijo...

Todos tenemos nuestras verdades. Todos la buscamos en su absoluto. Lo importante es que la tenemos en alguna medida. Ell nos permite poner la mirada crítica sobre el mundo, porque guardamos la esperanza de que la humanidad evolucione.

Anónimo dijo...

quizá porque faltan pocos minutos para las cinco de la tarde no estoy muy filosófica y me cuesta ponerme a pensar en la verdad como concepto, llevo un tiempo limitándome a certezas... será que he abandonado la búsqueda? no hay una verdad universal, ni la vamos a encontrar en la educación, la religión, la politíca o la comunicación, el encuentro con lo que creemos verdadero ha de ser personal, colectivo, o ambos casos a la vez? podemos encontrar algo que no tenemos claro lo que es? lo identificaremos llegado el caso?

Carlos dijo...

La verdad no tiene muchas caras. Lo que ocurre es que cada uno de nosotros tenemos nuestra propia interpretación de la verdad y, como no coincide con la de los demás, hemos llegado a la conclusión de que la verdad es única pero tiene muchas caras. Es la solución fácil y a menudo la errónea. Cuando tu verdad y la mía son opuestas no pueden ser caras de la misma verdad. Me explico: si sostengo que la X de los Gal es F.González y tú sostienes que no, alquien seguro que está equivocado. En el 11M intervino ETA o no intervino, pero no puede ser que interviniera y no interviniera a la vez. ¿Me he explicado?

felipe dijo...

Perdonad el retraso en mi contestación a vuestros comentarios. Hay pocas verdades absolutas. Y casi todas tienen y admiten matices. Pero intento buscarlas, Y no es problema de la Ser o de la COPE. Yo busco, aquí y allí, leo y oigo, navego e imprimo. ¿Por los lugares adecuados? Seguramente no. Pero no me gustan los medios que insultan y descalifican a los que no piensa como ellos. Me produce mucha tristeza entrar en los foros de los periódicos digitales y leer la cantidad de insultos que se lanzan unos a otros. En realidad hace tiempo que no leo opiniones o foros. Tampoco veo muy claro a donde conduce su actuación: insultar, declarar ilegal e ilegitimo al actual gobierno, invitar a la desobediencia civil…etc. Veo que convencen a mucha gente, que los creen a pie juntillas, pues muy bien, pero no estoy de acuerdo con lo que dicen y con las pocas pruebas que afirman tener.

Si digo, y me gustaría estar equivocado, que no me gusta la actual situación; que estamos jugando con fuego. Y el que juega con fuego, termina quemándose. Y nos ha costado mucho llegar aquí para que unos incendiarios, sean de donde sean, trabajen donde trabajen, nos enfrenten unos a otros.

Por eso invito a pensar con autonomía, buscando la verdad, sabiendo que no la vamos a encontrar, pero que seremos más libres que dependiendo del locutor, o político de turno. Atreverse a pensar y defender lo pensado, puede parecer difícil, pero no demasiado. Admito que no es cómodo pero la otra opción tampoco.

Diana L. Caffaratti dijo...

Felipe: entiendo tu sensibilidad y deseo por mantener valores que parecen diluirse entre bases de un mundo prefabricado, una cultura hilvanada, un desentendimiento de todo.
Por mi parte, uso la palabra con la constancia de la gota que horada la piedra, en el aula, en casa de mis hijos, en los medios que frecuento.Mi lucha elege esa estrategia. Aunque sea una gota en el mar.
Abrázote