¿Vivimos en un estado de derecho?



Todos estamos convencidos que De Juana es un asesino que arrebató la vida a 25 personas sin darles la más mínima oportunidad. La policía le detuvo. Los jueces lo juzgaron y le condenaron a 20 años de cárcel. Posiblemente muchos de nosotros pensemos que fue una condena injusta y pequeña para sus delitos. Pero era la pena que permitía la ley vigente en ese momento. Cuando estaba a punto de salir en libertad se le imputaron dos nuevos delitos. Delitos de opinión por unos artículos escritos en el periódico Gara. Por estos delitos se le pidieron 96 años de cárcel, que en la sentencia se quedaron en 12 años y siete meses. Sentencia que sus abogados recurrieron en su momento al Tribunal Supremo que en un par de semanas resolverá el recurso.
¿Qué nos encontramos ahora? A un hombre –un asesino que no se ha arrepentido de sus crímenes – en huelga de hambre que le ha llevado a poner en serio peligro su vida, a quien la justicia le niega la prisión atenuada (que recoge nuestro sistema jurídico) por el deterioro físico que sufre.
Por otro lado está el uso que se ha hecho de la ley, que es el que ha complicado las cosas, al juzgarlo para evitar que saliera de la cárcel alegando que no se ha arrepentido ni se ha rehabilitado, olvidando que el ha cumplido su pena y que no ha cometido delitos en la presión; por lo que acusarlo en la manera en la que lo fue es forzar la legalidad.
Por eso pienso que por interés de los partidos, por un populismo comprensible y también por dejadez judicial el caso De Juana se nos ha convertido en un serio problema de la justicia y de nuestro Estado de Derecho.

6 amigos opinan:

Carlos dijo...

En la sentencia se dice que para acceder a la prisión atenuada han de darse uno de los siguientes requisitos:
1.- que el internamiento entrañe grave peligro para su salud, lo cual no es el caso puesto que no es el internamiento sino su voluntad de no comer lo que puede entrañar peligro para su salud.
2.- que aparezca una enfermedad sobrevenida (tumor terminal) o una agravación general del estado de salud (toxicómanos con SIDA).
Pero ninguno de los dos supuestos se da, puesto que es el preso el que voluntariamente se ha puesto en situación de peligro, no por ninguna enfermedad contraida.
Por ello le deniegan la libertad atenuada y por la posición garante de la Administración, ordenan su alimentación forzosa.
En ningún sitio consta lo que comentas de que no se ha arrepentido, ni hablan de penas anteriores cumplidas suficientes o insuficientes, etc
¿De dónde te sacas que estamos ante un caso de dejadez judicial?

Anónimo dijo...

sólo GRACIAS

felipe dijo...

Sigo pensando, amigo Carlos, que el "problema" no está en esta última sentencia ( a pesar de la forma de convocar a todos los jueces , el pleno, eliminando el derecho fundamental de tener al juez predeterminado por la ley) sino en la anterior.
Pienso, no defiendo tener toda la razón, que la alineación de los jueces tanto a nivel conservador, como progresista nos lleva a una mala justicia. a los jueces hay que pedirles independencia y que sepan aplicar la ley, les guste o no.

Carlos dijo...
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Carlos dijo...

Totalmente de acuerdo, Felipe.
Y ¿quién politiza la Justicia? Pues nuestros sesudos políticos.
Realmente ¿nos los merecemos?

felipe dijo...

no, pero los sufrimos. Todos estamos de acuerdo que nuestros politicos no tienen "altura de miras", aunque presumen de ello ;)
Y ese es uno de nuestros mayores defectos. Tambien una de nuestras culpas. Yo sólo espero que no nos arripèntamos de lo que dejamos de hacer.