amigos invisibles




No me conoces de nada, pero te voy a pedir un regalo. No soy la de la foto ni la del nombre que figura junto a la imagen. Soy ella y todos, y también tú. Sé que estás saturado de celebraciones y que tienes el billetero al borde de la quiebra con tanta gamba, y game boy para el niño, y detallito para la suegra, y aguinaldo para el portero. Pero el regalo que te voy a pedir no te va a costar un duro: apenas 30 minutos de tu tiempo. Y viene con premio: vasito de zumo, cruasán y el gustazo de saber que algo que tú ni notas que está a otro le puede salvar la vida.
El regalo que te pido no se vende ni en el mayor de los centros comerciales. Ni siquiera en aquel rastro en el que aún no sabes cómo encontraste el reno que se cayó hace siglos del reloj de la abuela. Tampoco la tecnología, con sus combates virtuales, sus coches parlantes y sus milagros vía satélite, va a proporcionártelo. No importa el tiempo que dediques a buscarlo: no lo encontrarás fuera de ti.
Cambia ese gesto escéptico: no me estoy poniendo mística ni soy víctima de una sobredosis de espíritu navideño. Solo acabo de leer la advertencia de Lluís Puig, responsable de hemodonación del Banc de Sang y Teixits, de que nos quedan reservas de sangre para cuatro días, y me ha dado por pensar que la operación que tal vez haya que aplazar por eso podría ser la mía, o qué pasaría si tuviera un accidente y no hubiera sangre de mi grupo para hacerme una transfusión. Y por eso me he decidido a poner el parche antes de la herida y pedirte que cambies al amigo invisible de la oficina por un amigo invisible universal, y la figurita de los chinos que acabará en el lavadero por unos mililitros de verdadera Navidad. Será un regalo de los buenos. De corazón.

Publicado por Imma Muñoz en El Periódico de Barcelona.

4 amigos opinan:

Diana L. Caffaratti dijo...

Què pena que no pueda acompañar este pedido que creo absolutamente sabio y necesario.
Explico:
EN èpocas que en Argentina se vivìa desabastecimiento de todo, incluìdo medicamentos, sufrì dos abortos espontàneos y un parto con resultados tràgicos para mi maternidad. El causante: mi ausencia de Factor RH, incompatible con la presencia en sangre de mi esposo. EN ninguna de las tres oportunidades que nombro màs arriba pude conseguir la vacuna absolutamente necesaria para evitar sensibilizaciones. De modo que desde hace veintisèis años, estoy inhabilitada para donar sangre y sufro con la espada de Damocles que tengo sobre mi destino.
2ª Tema:
Felipe:
Me parece algo exagerado lo de la necesidad de cambiar los signos de la tradiciòn navideña... QUièn lo sugiere?
Pero, convengamos que a cuarenta y pico de grados de calor en mi hemisferio, la nieve, el menù, el abrigado Papà Noel, quedan extraños del todo.... Sin embargo nos ingeniamos para recrear la festividad a lo europeo...
La Navidad es otra cosa. Pasa por re valorizar la venida de Jesùs y sus enseñanzas, y creo que debiera/mos recordarla los 365 dìas del año.
La ternura infantil agregò una ola de frescura en este verano calcinante.

Carlos dijo...

Precioso alegato por la donación de sangre, Felipe. Cuando uno lo lee se siente emocionado, sin embargo permíteme dudar de su efectividad.
¿No crees que si tan dramática es la situación de las reservas de sangre, nuestras autoridades deberían incentivar con acciones de todo tipo la donación?
Por ejemplo (y se me ocurre a bote pronto), incluyendo desgravaciones en el IRPF por las donaciones efectuadas en el año, bonificaciones en la S.S. a las empresas que consigan que más del 60% de sus trabajadores se hagan donantes, 0,5 puntos más a los opositores que acrediten haber realizado x donaciones en los últimos doce meses, rebajas en los precios del transporte público, museos, cines, teatro, etc etc
No sé, si se incentiva mediante desgravaciones tener hijos, cuenta vivienda, hacer donaciones de dinero a ONG-s, no entiendo cómo un tema tan importante como éste se deja de la mano confiando única y exclusivamente en el altruismo puro y duro del personal.
No estoy en contra del altruismo pero lo que no me parece nada bien es la posibilidad de que se pierda una vida por falta de sangre sin haber agotado todas las vías para incrementar las donaciones.
En cualquier caso, no he entrado en el espinoso asunto de pagar por las donaciones (no soy partidario) o en el no menos polémico de las autotransfusiones (parece interesante).

felipe dijo...

En ocasiones necesitamos de los demás, y una de las más corrientes es en los hospitales con la necesidad de los bancos de sangre. He sido durante 15 años donante de ella hasta que una angina de pecho dejó como secuela una hipertensión que me impide seguir haciendolo.
En otra ocasión estuve esperando una operación en un riñon hasta que el banco de sangre confirmó la existencia de sangre de mi tipo sanguineo en cantidad suficiente por si era necesaria en caso de emergencia.
Está claro que puede ser un tema algo polemico, pero también necesario, no estoy muy de acuerdo con las propuestas irónicas ;) de Carlos, de seguirlas terminariamos haciendo todas las cosas por interés y nada por amor a los demás o por altruismo simplemente.
Y ese deseo de otro mundo mejor como posibilidad real, terminaría siendo una quimera cada vez más lejana.
Pero no me desagrada el autotrasplante. Sería una vía a estudiar y a potenciar.

Amiga Diana, lo politicamente correcto va avanzando de manera por lo menos curiosa. Los elementos del rito cristiano en la navidad, el belén, o los abetos van siendo sustituidos por muñecos de nievo o renos. En Birmigham, en los documentos administrativos se cambió la navidad por el nombre de fiesta del invierno. En Zaragoza un consejo escolar prohibió la recitación de poemas y villancicos de navidad, y en Estados Unidos mientras actuaba Sasha Cohen de confesión judía, en un espectaculo de hielo, unos niños que cantaban villancicos fueron interrumpidos para no molestar a la patinadora. Curiosamente esta chico no había dicho nada y se estrañó por el suceso.
Y así cada vez más va sucediendo en diferentes paises y ciudades europeas.
Que yo celebre La navidad no debe molestar a los de otras creencias como a mi no me molesta que los musulmanes que hay en mi ciudad celebren el Ramadán.
Y estoy contigo, el nacimiento de Jesús debe ser celebrado los 365 días del año y no sólo como un motivo lúdico durante una semana.
Pero eso es harina de otro costal.

Carlos dijo...

No entiendo que prefieras que algo bueno y necesario (donación de sangre) no se haga a que terminemos haciéndolo por interés y no por amor a los demás.
Sinceramente, Felipe y con el corazón en la mano, lo importante es que se haga, que tengamos sangre en nuestros hospitales en tal cantidad que nos convirtamos en exportadores de sangre a otros países.
Eso es lo que me gustaría a mí. Lo de las motivaciones es algo íntimo y personal. Por el hecho de que esté desgravado el tener hijos no quiere decir que tengamos hijos para conseguir la desgravación. El hecho de que esté desgravado abrir una cuenta vivienda no quiere decir que nos compremos una vivienda para desgravarnos. Y obviamente si alguien hace donaciones a las ONG-s únicamente para desgravarse, no creo que las ONG-s le hagan asco a ese dinero.
La sangre es vital, no hagamos ascos porque el donante tenía motivos poco altruistas: bienvenida sea porque salvará una vida con independencia de la moralidad del donante.