Mi libertad empieza...¿cuándo?



Vuelve a estar de de actualidad hablar de libertad ante la decisión de la Deutsche Oper de Berlín de retirar de la programación de otoño la ópera Idomeneo de Mozart, por miedo a la violencia islamista. Al final de la obra, que muestra la relación del hombre con los dioses, una escena muestra las cabezas cortadas de Jesús, Mahoma, Buda y Neptuno.
La canciller alemana Merkel, ha declarado:
"Tenemos que tener cuidado de no dejarnos intimidar por el miedo y la violencia radical. No es tolerable una autocensura por miedo". Añadiendo:
"La autolimitación sólo es justificable cuando se trata de una decisión responsable dentro de un verdadero diálogo entre las culturas, que sea completamente pacífico".

Estoy de acuerdo con ella. Siempre hemos hablado de la libertad entendiéndola como algo que empieza donde acaba la del otro. Ha costado mucho trabajo conquistarla para ir cediendo ante civilizaciones con otros valores diferentes. Es posible que estemos defendiendo una libertad individual, la del otro. Para que mi libertad empiece la tuya debe acabar. Hemos oído en multitud de ocasiones. Para que tú seas libre yo debo dejar de serlo. Pero Boff, el teólogo, defiende otra idea de libertad que en estos momentos puede ser muy interesante.”Mi libertad solamente comienza cuando empieza también la tuya”, jamás seremos libres solos; sólo seremos libres juntos. Mi libertad crece en la medida en que crece también la tuya y gestamos conjuntamente una sociedad de ciudadanos libres y solidarios.
Se oyen voces que defiende una ética mínima de valores compartidos por todos, valores que sean aceptados por personas de todas las religiones y personas sin religión. Valores que sean compartidos por cualquier civilización en cualquier lugar. Y por lo que vemos es una necesidad urgente. Sólo en una sociedad dialogante con respeto a las diferentes culturas y a la pluralidad de las ideas sería aceptable una autolimitación como la que hace referencia la canciller alemana.
Fue el Che Guevara quién dejó escrito: “solamente seré verdaderamente libre cuando el último hombre haya conquistado también su libertad”.

3 amigos opinan:

Diana L. Caffaratti dijo...

Para mi libertad, tu libertad y la de los demás...

Anónimo dijo...

mucho más razonable lo de la canciller que lo del che... pero en cuestiones de libertad, establecer máximas resulta tan complicado por los diferentes prismas que al final las cabezas de los líderes se pondrían sobre el escenario, ¿de verdad es tan sumamente complicado contextualizar una escena puntual en su momento y circunstancia y no salirse de madre? censurar y autocensurar por condicionantes externos... qué extenuante

Carlos dijo...

Me parece que nombrar al Ché para hablar de libertad es como si nombráramos a Hitler para hacerlo de derechos humanos.
Insisto: ¿quién tiene que buscar una ética de valores compartidos? Eso estaríamos dispuesto a hacerlo los europeos, pero si los fundamentalistas islámicos no comparten valores con otras religiones monoteístas, ¿cómo van a compartir con ateos?
Sencillamente no entiendo qué resolvería.