los mismos, los de siempre

Hablaba con mis alumnos de los desastres naturales que nos azotan últimamente. Hablábamos de las perdidas tan cuantiosas en vidas humanas y materiales. Una chica comentaba cuan diferentes eran las avalanchas de la naturaleza de unos países a otros. Me pareció oportuno hacerles ver con otros ojos esas diferencias aprovechando una reflexión de Jon Sobrino en Eclesalia.
Muchas de esas personas no han sufrido importantes daños por causas naturales, les dije, la gran culpable ha sido la pobreza. Si miramos atentamente las imágenes que nos llegan, con diferentes matices, las victimas son siempre pobres. Los que sufren cuando hay inundaciones, cuando hay terremotos, los que pierden sus casas, sus trabajos, los que ven morir a sus hijos o a sus padres ya ancianos, son siempre los mismos, los pobres.
Mis jóvenes alumnos fueron capaces de ir mirando con otros ojos la realidad de los azotes con los que nos golpea la naturaleza en ocasiones. Pensaron que merecería la pena estudiar, investigar, buscar soluciones eficaces que de verdad sirva para prevenir y evitar catástrofes y para evitar sobre todo que hubiese victimas, siempre las mismas, por desidia, por corrupción y por la ambición de unos pocos que gobiernan a unos muchos.
Seguramente cuando sean mayores puedan hacer algo más que hablar de esos desastres, ¿quién sabe?

1 amigos opinan:

Redactor-es dijo...

ves? aún cuando el temor aparece oscilante... lo que había de utopía sigue estando ahí y es complicado que desaparezca... hay medidas, ponerlas en práctica o no es harina de otro costal... malheuresement
un abrazo