¿Somos una sociedad atolondrada?



Vivimos en una sociedad atolondrada. Somos una sociedad irreflexiva. Pensamos que tenemos derecho a todo y que las obligaciones no existen. No apreciamos nada. Nos levantamos por la mañana: encendemos la luz, abrimos la ducha, nos hacemos el desayuno, llamamos al ascensor, montamos en nuestro coche, o en un servicio público. ¿Apreciamos el valor de todo esto? ¿Pensamos, tan solo un momento, las miles de personas que están laborando para que al dar a un botón se encienda la luz, al dar a otro venga el ascensor, etc. etc.? ¿Y si nos ponemos enfermos? Vamos a urgencias, donde esperamos que un médico, generalmente mal pagado y peor considerado, lo sepa todo, acierte con el diagnóstico y nos prescriba un fármaco milagroso que nos cure al instante. ¿Damos algún valor a que todos los fines de semana, veinte o treinta personas pierdan la vida en accidentes de coches? Pues no le damos ninguna. Tenemos unos baremos de valoración muy extraños. En un colegio se da un caso de meningitis, -aunque sea mortal,- y los padres salen a la calle pidiendo una mejora, ya, de la sanidad.

Sería conveniente, que los seres humanos fuéramos un poquito reflexivos, que no actuáramos como cretinos. Deberíamos mostrar a nuestros semejantes gratitud por tantos servicios que nos prestan -o mejor sería decir-, o nos prestamos recíprocamente. Y también deberíamos protestar menos, y cuando lo hiciéramos, que fuera de forma reflexiva y racional. Ojalá.

3 amigos opinan:

Anónimo dijo...

Sí, somos bastante desagradecidos.

Lo veo en los bares (como tratan a los pobres currantes) en los hospitales (que lo único que nos hacen es exigirnos y no se dan cuenta que lo damos todo a cambio de nada)...etc... Pero que le vamos a hacer, somos como somos y yo pienso seguir dando las gracias a todo aquel que se las merezca.

yeyo

Anónimo dijo...

Resisto a creerme cretina.
Resisto a creer que no haya otros tantos viviendo un estilo antagónico a la irreflexión.
Aunque a mi también me pasa eso de encontrarme con gente que vive ciega, sorda y muda para ver, oír y expresarse con los demás mortales.
Que si me pongo a enumerarlos, la cifra me va a asustar.
Pero sé, que en algún lugar está quién nos mira con compasión
cadila

Redactor-es dijo...

yo me sumo a ese ojalá